Por: Mónica Bentivegna
Tras finalizar con éxito el curso en línea de “Poesía y discurso: reflexiones sobre violencia y paz” en la poesía latinoamericana, recopilamos algunos aprendizajes sobre el lenguaje poético y las posibilidades que nos abre este lenguaje para que los constructores de paz podamos acercarnos a otras realidades y, desde ahí, ampliar las dimensiones de nuestro trabajo.
En cuatro sesiones, que terminaron el jueves 21 de marzo, nos adentramos en el pensamiento y el alma de poetas como Rubén Darío, César Vallejo, Raúl Zurita, Javier Sicilia, Yolanda Pantin, Jessica Freudenthal, Diana Villa y Jimena González, quienes, a través de la radicalidad de sus opciones estéticas y sus discursos poéticos, nos mostraron su visión y lucha.
Aquí, algunos aprendizajes.
Cuando ciertos poetas abren nuevos territorios del lenguaje poético para acercarse al sentido de la vida o para entender la realidad que los rodea, los lectores cobramos conciencia de esas realidades que pueden ser nuestras o ajenas.
La exposición del ser humano a la angustia de la existencia toma forma en el ensanchamiento de los márgenes lingüísticos que los poetas aplican al lenguaje.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!
[César Vallejo, "Los heraldos negros", 1919]
Las audacias y transmisiones vanguardistas son instrumentos para extremar el discurso poético.
soma
sema
una sola vocal puede cambiar el universo
las constelaciones semánticas de este texto se desintegran
el universo se expande
es ésa una oración afirmativa?
es un verso poético?
es una verdad?
tan sólo palabras?
La poesía nos planta frente a la palabra empática con respecto a ese otro próximo olvidado y maltratado por la época.
La poesía nos habla de la vulnerabilidad humana y el anhelo de paz.
La poesía nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la palabra como instrumento de cambio y transformación social para lograr un mundo más equitativo.
El discurso poético nos sitúa frente a conflictos, dictaduras, desuniones, desarraigos, injusticias, tristeza, horror y miedo, pero también solidaridad, esperanza, alegría, aceptación y otros actos y emociones.
Ustedes
perdieron un país
dentro de ustedes.
[Yolanda Pantin, “Exilio”, en País, 2007]
La poesía interroga, interpela, problematiza, cuestiona nuestras realidades.
La poesía escrita por mujeres hace visibles zonas íntimas de la sensibilidad femenina.
La poesía documenta, cuenta una historia, da centralidad a los grupos marginados.
La poesía puede adquirir un carácter subversivo y convertirse en la voz de la resistencia.
La poesía nos permite desarticular narrativas violentas, destructivas, indiferentes y cínicas.
La poesía nos da nuevas formas de sentir.
A través de la metáfora, la poesía transmite ideas visionarias y emociones profundas.