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Historia
La Fundación Magnolia para la Paz y el Bienestar surgió en 2017 con un propósito claro: sanar las heridas emocionales de los sobrevivientes del conflicto y la violencia.
Sin embargo, el tiempo nos fue mostrando que esa labor no podía limitarse a la rehabilitación colectiva, sino que también era necesario trabajar en la prevención y construcción de una paz duradera. Así, abrazamos la educación para la paz y nos dejamos guiar por la recuperación de saberes ancestrales.
Hoy, contamos con una Escuela de Paz, un Laboratorio de Bienestar y un portafolio de servicios para organizaciones, a través de los cuales brindamos herramientas transformadoras que fomenten la paz interior y promuevan un mundo más armonioso.
¡Te invitamos a unirte a nuestra comunidad de agentes de paz!
¿Por qué el nombre de Magnolia?
Existen más de doscientas variedades de Magnolia, un género de plantas nativas de Asia y América.
La Magnolia es una flor tropical, con flores blancas y rosadas, con beneficios emocionalmente calmantes. En las prácticas de salud tradicionales de China y Tailandia, las flores de magnolia se han utilizado para ayudar a crear bienestar y equilibrio.
También es usada para tratar la ansiedad, el estrés y la depresión, calmar los nervios, desinflamar, y eliminar males frecuentes como dolor de cabeza, gripe o sinusitis.
Aunque su crecimiento es lento, se trata de una planta que alcanza edades muy avanzadas, y es muy resiliente a factores externos como los cambios de temperaturas y la contaminación.
En la Fundación Magnolia, esta flor nos inspira para nuestro trabajo en la construcción de la paz. Buscamos que quienes hacen parte de nuestra comunidad, sanen las heridas emocionales y mentales que dejan la violencia y la guerra, encuentren equilibrio en lo individual, y se conviertan en multiplicadores de paz en sus comunidades y organizaciones.
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